Breve
introducción
Los
protagonistas son tres hermanos, Ana, Dick y Julián, y su prima Jorge. Los
cuatro se suelen reunir en vacaciones en la bahía de Kirrin, donde vive Jorge,
y juntos suelen correr aventuras en las que prácticamente siempre acaban ejerciendo
de detectives, buscando tesoros, resolviendo misterios o desenmascarando a
criminales. El quinto miembro del grupo es el perro de Jorge, Tim. Un
inteligente compañero de aventuras que en más de una ocasión les sacará las
castañas del fuego.
CAPÍTULO
I: De regreso a «Villa Kirrin»
Un
hermoso día, al principio de las vacaciones de Pascua, cuatro niños y un perro viajaban
juntos en tren.
—Llegaremos
pronto —comentó Julián, un muchacho alto y fuerte, de expresión resuelta.
—¡Guau!
—ladró Tim, el perro, que se sentía
inquieto e intentaba mirar por la ventanilla.
—¡Baja,
Tim! —ordenó Julián—. Deja que Ana mire.
Ana
era su hermana menor. Ésta asomó la cabeza, por la ventanilla.
—¡Ya
entramos en la estación de Kirrin! —dijo—. Espero que tía Fanny esté esperándonos.
—¡Claro
que estará! —respondió Jorgina, su prima. Jorgina se parecía más a un chico que
a una niña, porque llevaba el pelo muy corto y rizado. También ella tenía aspecto
resuelto como Julián. Dio un empujón a Ana y se asomó a su vez por la ventanilla.
—¡Qué
agradable es regresar a casa! —dijo—. Me gusta estar en el colegio, pero será
divertido pasar las vacaciones en "Villa Kirrin", y quizá podamos
navegar hasta la isla Kirrin y visitar el castillo que hay en ella. No hemos
estado allí desde el verano pasado.
—Ahora
le toca a Dick mirar por la ventanilla —dijo Julián dirigiéndose a su hermano
menor, un niño de cara agradable que estaba sentado en un rincón y leía atentamente—.
Ya llegamos a la vista de Kirrin, Dick. ¿Es que no puedes parar de leer ni un
segundo?
—¡Es
un libro tan emocionante! —respondió Dick, y lo cerró de golpe—. Es la novela
de aventuras más apasionante que he leído.
—¡Bah!
Estoy segura de que no es tan apasionante como alguna de nuestras propias
aventuras —dijo Ana al punto.
Y
era cierto. Los cinco, incluyendo a Tim, el perro, que siempre lo compartía
todo con ellos, habían vivido juntos aventuras extraordinarias. Pero ahora
parecía que se presentaban unas vacaciones tranquilas, con largos paseos por
las colinas, y quizá navegando en el barco de Jorge hacia la “isla de Kirrin”.
—Este
trimestre he trabajado mucho en el colegio —dijo Julián—. Me merezco unas
vacaciones.
—Has
adelgazado —comentó Jorgina. Nadie la llamaba así. La llamaban Jorge y no
contestaba por otro nombre. Julián sonrió.
—¡Bueno!,
pronto engordaré en "Villa Kirrin", no te preocupes. De eso se
cuidará tía Fanny. Es especialista en cebar a la gente. Tengo ganas de ver de
nuevo a tu madre, Jorge. Es estupenda.
—Sí.
Y espero que mi padre esté de buenas estas vacaciones —dijo Jorge—.
Seguramente
lo estará, porque ha acabado un nuevo experimento con mucho éxito, según cuenta
mi madre.
El
padre de Jorgina era un hombre de ciencia, y siempre estaba elaborando nuevas ideas.
Le gustaba la tranquilidad y, a veces, se enfadaba con gran violencia si no
podía obtener la paz que necesitaba, o si las cosas no salían tal como él
deseaba. Los niños a menudo pensaban que el temperamento fácilmente irritable
de Jorgina era muy parecido al de su padre. También ella se enfadaba
violentamente con rapidez cuando las cosas no le salían bien.
Tía
Fanny los estaba esperando. Los cuatro niños saltaron al andén y se lanzaron hacia
ella. Jorgina llegó primero. Estaba muy encariñada con su madre, que tantas
veces la había escudado cuando su
padre se enfadaba
con ella. Tim iba
dando vueltas, manifestando su
contento con sus ladridos. Quería mucho a la madre de Jorgina. Ésta lo
acarició, y el perro intentó levantarse sobre sus patas traseras y lamerle la cara.
—Tim está más alto que nunca —dijo ella, riendo—.
¡Abajo, que me vas a tirar!
Tim
era, en verdad, un perro muy grande. Todos los niños lo querían, porque era leal
y cariñoso. Sus pardos ojos miraban del uno al otro, regocijándose con la
alegría de los niños. Tim participaba en ella, como lo hacía en todas las
cosas.
Pero
la persona a quien más quería era, naturalmente, a su dueña, a Jorgina. Ella le
tenía desde que era un cachorro. Cada trimestre lo había llevado consigo al
colegio, ya que Jorgina y Ana iban a un pensionado que admitía perros. De otro
modo, seguramente Jorgina no hubiese querido ir al colegio.
Se
pusieron en marcha hacia "Villa Kirrin" en una tartana tirada por un
poni. Hacía frío y viento. Los niños temblaban y se ceñían sus abrigos.
—Hace mucho frío —dijo Ana, tiritando—. Más frío que
si fuese invierno.
—Es
por el viento —respondió su tía, y la envolvió con una manta—. Ha sido muy fuerte
estos dos últimos días. Los pescadores han tenido que retirar sus barcas hasta
lo más alto de la playa por miedo a la tormenta.
Los
niños vieron las barcas junto al camino, cuando pasaron por la playa donde tantas
veces se habían bañado. Ahora ya no sentían ganas de bañarse. Sólo el pensarlo les
producía escalofríos.
El
viento arremolinaba las aguas del mar. Las olas se lanzaban sobre la playa en
un ruido aterrador. Esto excitó a Tim, que empezó a ladrar.
—¡Quieto,
Tim! —ordenó Jorgina acariciándolo—. Tendrás que aprender a ser un buen perro y
estarte callado, ahora que volvemos a casa; si no, mi padre se enfadará conmigo.
¿Está papá muy ocupado, mamá?
—Sí,
mucho —respondió la madre—, pero trabajará poco los días que estéis en casa.
Decía que tenía ganas de ir de paseo con vosotros, o de salir en barca, si el
tiempo mejora.
Los
niños se miraron entre sí. El tío Quintín no era un compañero inmejorable. No tenía
sentido del humor y, cuando los niños se reían a carcajadas, cosa que hacían lo
menos veinte veces al día, él nunca le encontraba la gracia.
—Me
parece que estas vacaciones no serán precisamente buenas si el tío Quintín viene
con nosotros la mayor parte del tiempo —dijo Dick a Julián en voz baja.
—¡Chist...!
—chistó Julián, temiendo que su tía le oyera y se ofendiese. Jorgina frunció el
entrecejo.
—¡Oh,
mamá! —dijo—. Papá se cansará si se
viene con nosotros y a nosotros nos ocurrirá igual.
Jorgina
era muy espontánea en el hablar, y nunca aprendía a refrenar su lengua. La madre
la miró.
—No
hables así, querida. También
yo creo que vuestro
padre se cansará en seguida. Pero le conviene tener un poco de
gente joven a su alrededor.
—¡Hemos
llegado! —dijo Julián cuando la tartana se detuvo frente a la vieja casa.
—
¡"Villa Kirrin"! ¡Cómo sopla el viento a su alrededor, tía Fanny!
—Sí.
Ha hecho un ruido terrible la noche pasada —contestó la tía—. Julián, llévate la
tartana detrás cuando hayamos recogido las cosas. Aquí viene el tío a
ayudarnos.
El
tío Quintín salió. Era un hombre alto, con aspecto de sabio y entrecejo
fruncido. Sonrió a los niños y besó a Jorgina y a Ana.
—¡Bienvenidos
a "Villa Kirrin"! —dijo—. Me alegro de que vuestros padres se hayan
ido, Ana, porque de nuevo os tendremos aquí.
Pronto
estuvieron todos sentados alrededor de la mesa, saboreando una abundante y
suculenta merienda. Siempre tía Fanny tenía preparada una comida especialmente buena
para el momento de llegar, porque sabía que vendrían hambrientos del largo
viaje en tren.
Por
fin, incluso Jorgina quedó satisfecha y se recostó cómodamente en su silla, deseando
poder ingerir todavía uno más de los deliciosos bollos que su madre había hecho.
Tim estaba sentado junto a ella. Estaba ordenado que no debía comer cuando los niños
comiesen, pero era gracioso ver cuántos buenos pedazos encontraban el camino hasta
él por debajo de la mesa.
El
viento aullaba alrededor de la casa. Las ventanas crujían, las puertas golpeaban
y las persianas se balanceaban a causa de la corriente que se filtraba por
entre sus rendijas.
—Parece
como si en ellas hubiera serpientes que se enroscan y se desenroscan — comentó
Ana.
Tim
las miraba y, de pronto, se puso a gruñir. Era un perro inteligente, pero no sabía
por qué las persianas se enrollaban y desenrollaban de un modo tan extraño.
—Espero
que esta noche se calme el viento —dijo tía Fanny—. No me dejó dormir la noche
pasada. Querido Julián, encuentro que estás muy delgado. ¿Has estudiado mucho?
He de alimentarte bien.
—Eso
pensábamos que dirías, mamá —dijo Jorgina, sonriendo—. ¡Dios mío! ¿Qué es eso?
Todos
se quedaron quietos, asustados. Se había oído un gran ruido en el tejado y Tim
enderezó sus orejas y gruñó con ferocidad.
—Una
teja del tejado —dijo el tío Quintín—. ¡Qué fastidio! Tendremos que hacer colocar
las tejas perdidas cuando haya pasado la tormenta, Fanny; si no, se producirán goteras.
Los
niños tenían la esperanza de que el tío se retiraría a su cuarto de trabajo después
de la merienda, tal como tenía por costumbre, pero esta vez
no lo hizo.
Deseaban
jugar a algo, y no les hacía gracia que el tío Quintín estuviera presente. Eso no
era nada agradable, aunque se tratara de un juego tan sencillo como el de
correr y atraparse.
—¿Conocéis
a un chico que se llama Pedro Lenoir? —preguntó de repente tío Quintín
extrayendo una carta de su bolsillo—. Creo que va al mismo colegio que tú y que
Dick, ¿verdad, Julián?
—¿Pedro
Lenoir? ¡Ah!, quieres decir Hollín
—respondió Julian—. Sí, está en la clase de Dick. Está más loco que una cabra.
—¿Hollín?
Pero ¿por qué le llamáis Hollín?
—interrogó el tío—. Me parece un nombre bastante raro para un chico.
—Si
lo vieras no pensarías así —dijo Dick, riéndose—. ¡Es muy moreno! Tiene el pelo
más negro que el hollín, los ojos como dos pedazos de carbón y las cejas como
si estuviesen tiznadas. Además, su nombre significa "el negro", ¿no
es cierto? Lenoir en francés significa "el negro".
—Sí,
es cierto. Pero ¡qué nombre para una persona! ¡Hollín! —dijo el tío—. Bien, he
estado carteándome últimamente con el padre de este chico. Él y yo estamos interesados
en los mismos asuntos científicos. Lo he invitado para que venga a pasar algunos
días aquí y le he dicho que traiga a su hijo Pedro.
—¡Oh!,
¿de veras? —dijo Dick, que parecía estar muy contento—. No estará mal tener
a Hollín aquí. Pero está completamente
loco. Nunca hace lo que se le manda. Trepa como un mono y es muy travieso. No
sé si te gustará.
El
tío Quintín se mostró apenado de haber invitado a Hollín después de oír lo que dijo
Dick. No le gustaban los chicos revoltosos.
—¡Hum!
—dijo guardando la carta—. Debí haberos hablado sobre este chico antes de
ofrecer al padre que lo trajera. Pero quizás aún pueda evitar que venga.
—No,
no lo hagas, padre —suplicó Jorgina, a la que le habían gustado los informes sobre
Hollín Lenoir—. Déjale que venga. Podrá salir con nosotros y no molestará en casa.
—Ya
veremos —respondió el padre, que ya se había decidido a no tener al chico en "Villa
Kirrin", puesto que era alocado, revoltoso y trepaba como un mono. Jorgina
resultaba ya suficiente con su cabeza llena de pájaros, y no necesitaba un
chico travieso que la animara.
Con
gran alivio por parte de los niños, el tío Quintín se fue a reanudar su trabajo
hacia las ocho. Tía Fanny miró el reloj.
—Ana,
ya es hora de que te acuestes —dijo—. Y también tú, Jorge.
—Déjame
tan sólo echar una partida de cartas. La jugaremos todos juntos. Tú también,
mamá. Es nuestra primera noche en casa. De todos modos, no podremos dormir con
el ruido del viento. Anda, mamá, vamos a echar un juego y, después, nos acostamos.
Julián ya está bostezando como un tonto.
ELECCIÓN
DEL TEXTO
He
elegido este texto de un libro de Enid Blyton porque me parece que es una
escritora que escribe verdaderamente bien sobre aventuras de pandillas tratando
temas cercanos a los niños y de la vida cotidiana. Las descripciones son
maravillosas y los niños pueden meterse por completo en el libro y en sus
paisajes y localizaciones. El vocabulario es sencillo y accesible. Además, se
pueden sentir muy motivados a la hora de leerlo pues se pueden identificar
fácilmente con los personajes. También, los niños podrían aprender sobre la
vida inglesa de hace unos años y algunos aspectos que, a día de hoy, permanecen
intactos (los colegios allí, las rutinas (hora del té…), comidas típicas,
etc.). Es una escritora que refleja fielmente la cultura inglesa.
CURSO
Y PUESTA EN PRÁCTICA
Yo
realizaría esta lectura con niños de cuarto de primaria. Creo que en cuarto de
primaria ya están capacitados para leer este tipo de textos.
Este
texto es de tipo literario. Primero, realizaría una lectura individual, en
silencio, previa motivación y presentación del texto y de la escritora. Tras
esa presentación, les diría el título del libro al que pertenece este fragmento
y les invitaría a escribir lo que creen que puede ocurrir en él y a que
hicieran un dibujo. Después, cada niño se pone a leer el texto a su ritmo y comprendiendo.
Mientras estuvieran realizando esta lectura tendría en cuenta su postura, si se
acercan mucho a la hoja, los movimientos oculares, cuánto tiempo tardan en
acabarlo y quiénes van acabando antes y quiénes más tarde, etc.
Con
lo de la postura, la distancia de colocación adecuada del texto para leer… les
daría unas pautas claras al inicio para que las tuvieran en cuenta. Podría
incluso tener una tabla de puntos en el que les fuera motivando colocando una
pegatina al final de la clase a los niños que hayan tenido en cuenta estos
aspectos, o que hayan leído muy bien, o hayan realizado los ejercicios de manera
adecuada, esforzándose por mejorar. Algunos aspectos podrían ser: buena postura en la mesa, distancia y colocación del libro, participación e interés y realización adecuada de los aspectos y habilidades que mostraremos más tarde.
Personalmente,
trataría de observar más de cerca a los niños que se acercan demasiado la hoja
de lectura por si pudiera detectar algún problema de visión o prevenir posibles
alteraciones. Me fijaría también en los niños que acaban antes para ver más
tarde si luego realizan de manera adecuada los ejercicios y ver si lo han
comprendido bien o si solo se trata de leer lo más rápido que puedan para
acabar antes. También, observaría de cerca a los niños que tardan más para ver
si necesitan ayuda a la hora de ejercitar más la velocidad lectora o la
comprensión o si es que son solo perfeccionistas y no quieren que ningún
detalle se les escape.
Una
vez hayan leído el texto en silencio y de manera individual si diera tiempo
leería el texto primero el profesor. Después, sacaría a todos los niños para
que leyeran en voz alta, cada uno una pequeña parte del texto. Para motivarlos
y que no les costara tanto esto, podría sacarlos a un atril decorado como este:
Les
motivaría para que intentaran hacerlo lo mejor posible, vocalizando y
pronunciando bien, respirando correctamente, utilizando la entonación adecuada,
la velocidad, etc. (Trabajaría estos
aspectos en sesiones anteriores para estar preparados el día de la lectura,
exposición…). Podría entregarles un diploma como el siguiente, pero solo al que
mejor lo haya hecho y explicando por qué he decidido dárselo para que vayan
aprendiendo que es lo que deben tener en
cuenta:
Después,
realizaríamos otra lectura en silencio para una mejor comprensión del texto.
Más tarde, pasaríamos a la realización de diversos ejercicios.
Utilizaría
los siguientes símbolos para la realización de las actividades:
COMPRENSIÓN
Con
estos símbolos, también podría elaborar una tabla con todos los nombres de los
niños de la clase. Tras la corrección de los ejercicios y viendo cómo les ha
salido a cada uno solo podrían colocarse una pegatina en el símbolo que
corresponda los niños que hayan tenido muy bien esa parte. Por ejemplo, una
niña ha leído en voz alta muy bien: se pone la pegatina al lado de ese icono.
Puede haber varias partes en las que lo hayan hecho bien y, en ese caso, se
pondrá la pegatina en más de un icono. Si no se han alcanzado los objetivos de
una determinada parte no se coloca la pegatina. Así, es una manera muy gráfica
de que los niños vean qué cosas deben mejorar para la próxima sesión. Las
tablas con las puntuaciones estarán colocadas en la zona de la clase habilitada
para la lectura (si la hubiera) o cerca de la estantería con los libros o los
textos para trabajar.
La
tabla de evaluación sería más o
menos así:
La
autoevaluación la llevaría a cabo
cada niño al corregir sus ejercicios y ver cómo le han salido. Más tarde,
escribiría en un papel lo que cree que debería mejorar. Luego, revisaría la
profesora los ejercicios y daría el visto bueno para colocar las pegatinas
pertinentes en el lugar que corresponda. También, le comentaría lo que debe
mejorar (lo que ha puesto el niño o la niña en la hoja y si hace falta añadir
algo más) y le ayudaría a ver qué cosas puede hacer para que la próxima vez
consiga las pegatinas que le han faltado esta vez.
Busca gazapos:
en este texto hay una serie de palabras que no coinciden con lo que se dice en
el texto que hemos leído. Subráyalas. (ATENCIÓN)
—Una
teja del tejado —anunció el tío Quintín—. ¡Qué rabia! Tendremos que hacer
colocar las tejas caídas cuando haya pasado la tormenta, Fanny; si no, se
producirán charcos.
Los
niños tenían la ilusión de que el tío se marcharía a su cuarto de trabajo después
de la merienda, tal como tenía por costumbre, más esta vez no lo hizo.
Querían
jugar a algo, y no les hacía gracia que el tío Quintín estuviera delante. Eso
no era nada divertido, aunque se tratara de un juego tan fácil como el de
correr y pillarse.
Agudiza la vista: todas las letras del
recuadro están repetidas, excepto una. Búscala en el menor tiempo posible.
(HABILIDAD VISUAL)
Letra
no repetida: Tiempo:
El
profesor va a escribir seis números en la pizarra. En el menor tiempo posible,
deberás encontrar las palabras que corresponden a estos números y escribirlas
debajo.
viento
|
16
|
teja
|
23
|
cerro
|
26
|
tartana
|
5
|
merienda
|
10
|
primos
|
15
|
villa
|
25
|
tren
|
1
|
cartas
|
7
|
mar
|
11
|
libro
|
20
|
dormir
|
21
|
isla
|
2
|
aventuras
|
3
|
apasionante
|
4
|
frío
|
19
|
tía
|
14
|
delgado
|
9
|
vieja
|
8
|
jugar
|
27
|
carácter
|
18
|
loco
|
13
|
barco
|
6
|
ciencias
|
12
|
perro
|
22
|
playa
|
17
|
compañía
|
24
|
a) …………..
b) …………..
c) …………..
d) …………..
e) …………..
f) …………...
Hola Pilar!!
ResponderEliminarHas realizado un trabajo genial. Me han gustado mucho las actividades que propones para la realización de la actividad, así como el texto escogido, aunque me ha resultado un poco largo de leer. Creo que a lo mejor les puede resultar un poco pesado para leerlo en clase.
La introducción de ese decorado para la realización de la actividad me ha parecido fantástica, es algo que les va a motivar bastante para la actividad, así como el diploma que se les entregara al finalizar la actividad. La introducción de los símbolos para realizar las actividades es muy llamativa y original.
En cuanto a las evaluaciones me parecen muy correctas y bien planteadas.
Un saludo!!!
Buen comentario, Sandra.
EliminarMuchísimas gracias por tu comentario!! Tendré en cuenta lo que me has señalado. Siempre se nos escapa alguna cosilla y viene fenomenal que nos lo digan.
ResponderEliminarUn saludo!
Hola Pilar !
ResponderEliminarPrimero quiero felicitarte por tu actividad, en lineas generales me parece fantástica.
Intentando ayudarte a mejorar te comento que tal vez convendría que en tu primera actividad no estuvieran unificadas la memoria a corto plazo con la comprensión, y que las trabajaras con actividades diferentes.
En cuanto a la de anticipación y fluidez, veo que después del ejercicio has elaborado unas preguntas. ¿No encaja mejor la respuesta de esas preguntas al capítulo de comprensión que al de fluidez?
También tengo la duda de si la extensión del texto es la apropiada viendo la carga de actividades que requiere. Quizá solo en leer ese texto y las actividades previas que planteas gastemos una gran cantidad de tiempo y esfuerzo en los niños, lo que implique una bajada de rendimiento a la hora de resolver tus actividades.
Solamente esos detalles, la verdad es que esta todo muy bien. Un saludo !
Muchísimas gracias!!! Tomo nota. Un saludo!
EliminarCompletamente de acuerdo con tu comentario, Enrique, aunque no me parece largo el texto. Creo que puede realizarse la lectura silenciosa y las actividades de memoria inmediata en una sesión y el resto, en otra.
EliminarEs un buen trabajo, Pilar, aunque voy a hacerte un par de anotaciones:
ResponderEliminar- Tras le lectura silenciosa, lo primero que hay que hacer no es una lectura oral. Esta debe prepararse, ensayarse... debería realizarse otro día. Lo importante es realizar las actividades de memoria inmediata sobre el texto, las que hacen referencia a detalles que, posiblemente, se olvidarán en unos días.
Después vendrán las actividades que permitan mejorar los procesos (atención, memoria, habilidad visual, etc...) y, por último, las de lectura en voz alta. Cuanto mejor se haya interiorizado un texto, más posibilidades se tiene de transmitirlo adecuadamente a los demás. Además, como te comentada al principio, la lectura correcta requiere cierta preparación o entrenamiento.
Solo tienes que reordenar las actividades para que tu entrada sea perfecta.
De acuerdo!! Tomo nota. Muchísimas gracias. Un saludo.
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